viernes, 8 de enero de 2016

Leches vegetales


¡Hola y bienvenides a esta nueva entrada del blog!

Hoy os traigo información sobre bebidas vegetales alternativas a la leche de origen animal (vaca, cabra...). ¡Por que hay muchas más opciones que la leche de soja! Todas son veganas y deliciosas, y casi todas son posibles de elaborar en casa. Además, con ellas se pueden hacer preparados como quesos, natas, bechamel, helados, batidos...
Las bebidas vegetales no sólo se recomiendan a las personas veganas y vegetarianas que quieran hacer la transición. Muchas personas, y cada día más, son intolerantes a la lactosa. Esto se debe a un déficit de lactasa, en que la lactosa de la leche de origen animal pasa al intestino grueso sin descomponer y comienza a fermentar, dando una serie de síntomas como gases, molestias o acidez estomacal.

No todas las leches vegetales son iguales, y esto es muy importante, puesto que para una dieta sana y equilibrada es esencial mantener los niveles correctos de cada nutriente. La leche de soja, por ejemplo, contiene grandes cantidades de vitaminas, y la leche de avena destaca por sus hidratos de carbono.

 Empecemos con la leche de soja, la que ya todes conocéis seguramente. 



Esta bebida se obtiene a partir de granos de soja y agua. Este producto contiene todos los aminoácidos esenciales para el cuerpo, lo cual lo hace fácil de digerir y previene enfermedades. También contiene lecitina, una sustancia que evita problemas cardíacos y ayuda a mantener las arterias limpias, e isoflavonas, estrógenos vegetales de acción estrogénica ínfima en comparación a los corporales (los que contiene la leche de animal al prodecer directamente de las mamas de vacas y cabras). Esto da como resultado una protección frente al cáncer de mama en los cuerpos asignados de mujer. También ayudan a inhibir el proceso de destrucción ósea, que junto a las proteínas de la soja ayudan a conservar el calcio corporal y prevenir la osteoporosis. Pero no contentes con eso, las mismas proteínas reducen el colesterol y los triglicéridos. Los ácidos grasos que posee son poliinsaturados, grasas esenciales omega-3 sin colesterol (que recordad, amigues veganes, para nosotres es importante este ácido graso que se encuentra en el pescado y que podemos encontrar en las semillas de lino, el aceite de linaza y las nueces). Es rica en proteínas, vitaminas del grupo B, calcio y fósforo.

También tenemos la de almendras, una de mis preferidas. Este producto, muy dulce y nutritivo, se suele recomendar para personas con niveles altos de colesterol o triglicéridos, igual que para intolerantes a la lactosa debido a su fácil digestión.
Contiene altas cantidades de potasio y fibra, que protege la pared del intestino en especial a partir del colon, además de ayudar a regular la absorción de azúcares y colesterol, el cual además reduce sus niveles el doble que con el consumo de aceite de oliva. Contiene vitaminas A, E, B2 y B1.

Tenemos la leche de pistacho, bebida cardiosaludable rica en ácido oléico y grasas monoinsaturadas. También es rica en antioxidantes y ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, a la vez que aumenta las defensas gracias a las proteínas vegetales como la arginina.

La leche de arroz, otra de mis preferidas por ser tan dulce, es ideal para intolerantes al gluten y a la lactosa. Es de gran valor energético debido a su alto contenido en hidratos de carbono. También ayuda a mejorar el tránsito intestinal al romperse el almidón debido a la fermentación del arroz. Esta leche, aunque riquísima, hay que tener en cuenta que no contiene el mismo aporte de calcio que las demás, por lo cual es preferible mantener unos altos niveles de calcio adjuntos (cómo, por ejemplo, comiendo espinacas a la hora de comer.) 


En la leche de avena podemos encontrar hidratos de carbono, vitaminas del grupo B, vitamina E y D, así como minerales tales como potasio, hierro, calcio, fósforo, magnesio, cobre y zinc, y carotenos.






En la leche de semillas de girasol sí que existen grandes cantidades de calcio, así como vitamina E y minerales como potasio, magnesio y fósforo, éstos dos últimos favoreciendo a un funcionamiento cerebral óptimo. Contiene altas cantidades de proteínas y grasas saludables que ayudan a reducir enfermedades cardiovasculares.

La leche de nueces contiene ácidos grasos esenciales que, como ya hemos mencionado antes, ayudan a reducir los niveles altos de colesterol en sangre. También contiene proteínas y los fundamentales y necesarios antioxidantes, que ayudan a la prevención de diversas enfermedades. Contiene asimismo vitamina E, ácido fólico y minerales como calcio, magnesio, fósforo y hierro.

La leche de semillas de calabaza aporta los mismos beneficios que el aceite de calabaza o la verdura en sí misma al mantener su riqueza nutricional intacta. Contiene ácidos grasos saludables, como el linoleico, que ayuda a mantener un buen sistema cardiovascular. También aporta vitamina A (que ayuda a fortalecer la vista), E y F y minerales como magnesio, fósforo, hierro o zinc, que fortalece las defensas. Ésta tampoco es especialmente rica en calcio, por lo cual se pueden hacer apaños caseros como añadir semillas de sésamo o bien almendras crudas peladas si el proceso de preparación es casero. Ayuda en problemas de próstata y elimina parásitos intestinales.

La leche de sésamo o ajonjolí es, como la de soja, rica en leticina, ácidos grasos insaturados como el omega-6 y el omega-9, vitaminas y minerales como el calcio. ayuda a reducir los niveles altos de colesterol, previene el agotamiento nervioso y cerebral y evita la arteriosclerosis.  Es adecuada en el tratamiento de problemas como la debilidad ósea, la osteoporosis o la pérdida del cabello. Para la salud mental también es beneficiosa puesto que ayuda en temas como ansiedad, estrés o depresión.

Otras leches vegetales que podemos encontrar son la de kamut, alpiste, coco o avellana.
Beneficios:

  • Los ingredientes son 100% vegetales y agua, aunque algunas contienen algo de sal
  • Son perfectas para personas que deseen seguir una dieta equilibrada y saludable y ayuda a bajar de peso.
  • No producen fermentaciones intestinales, que con la leche de vaca se da el caso puesto que es un producto destinado a un animal de cuatro estómagos.
  • Poseen muchísima menos grasa que las leches animales.
  • Son muy ricas en vitaminas B y E, así como en potasio.
  • No contienen lactosa ni colesterol.
  • Contienen hasta un 90% de agua, lo cual las hace muy digeribles y asimilables para el organismo
  • Contienen un abudante aporte de fibra, lo que nos va genial para el intestino delgado
  • Las leches derivadas de frutos secos, como la de almendra, son una rica fuente de calcio, minerales y ácidos grasos de alta calidad.
  • Son ideales para dietas tanto vegetarianas y veganas como para alérgicas a la lactosa. 
  • Al provenir de productos vegetales, no produce malas digestiones ni dolores intestinales.

Todas estas leches se pueden encontrar fácilmente a día de hoy en supermercados, en especial las de soja, arroz o almendras. Para encontrar leches como la de kamut o alpiste ya es más recomedable buscarlas en mercados ecológicos. Existen marcas como Vivesoy o Yosoy, que venden no sólo leches de soja sino de almendras o arroz (con sus colores para cada producto), así como marcas blancas de supermercado. Por mi parte os recomiendo las Yosoy, aunque todavía son mejores las de producción ecológica que se encuentran en tiendas como Veritas o Ecocentre (En Barcelona) y tiendas pequeñas de comercio justo y producto ecológico/bio, que también encontráis de manera online en lugares como Planeta Vegano. Recordad igualmente que vosotres podéis hacerlas también, es una alternativa más sana y gratificante. 

No está de más recordar, del mismo modo, por qué la leche de origen animal es perjudicial para el planeta, los animales y la salud.

Entre los componentes de la leche de vaca encontramos en muy altos porcentajes una sustancia usada en la industria para hacer pegamentos: la caseína. Esta sustancia se coagula en el estómago y forma grumos muy difíciles de digerir. Puesto que los terneros tienen un estómago de cuatro cavidades, este producto se adecua a su digestión. Nosotres, con un sólo estómago, no podemos digerirla y eso produce que se endurezca en los intestinos, impidiendo y bloqueando la asimilación de nutrientes y la eliminación de desechos tóxicos.
La mucosidad de este producto afecta también a problemas en resfriados y congestiones, generando más mucosa de la natural.

Las proteínas y el calcio que tanta propaganda tienen, no suele ser tan alta como en las leches vegetales que hemos comentado antes. Existen dos enzimas, la renina y la lactasa, que son las encargadas de descomponer y hacer digestible la leche de vaca y que, en casi todos los seres humanos, dejan de producirse alrededor de los tres años. Cuando la leche de origen animal entra al organismo y no encuentra dichas enzimas, el estómago tiene que hacer esfuerzos considerables por digerirla sin conseguirlo del todo, por lo cual la leche se queda en los intestinos adherida como un pegote. Con el tiempo, éstos se fermentan, se secan y encostran por lo cual, con los años, da lugar a enfermedades como tiroides, diabetes, alergias, intolerancia a ciertos alimentos, excesos de flemas y mucosidades, etc. Para conseguir las mismas -y más- cantidades de calcio se pueden consumir brócoli, nueces, verduras de hoja oscura, amaranto, avena, naranja, alfalfa, levadura de cerveza, coco o almendras. Dos de éstas últimas contienen el doble de calcio que un vaso de leche de origen animal

El mito de la vaca feliz no existe, ni tampoco el de la leche directamente salida de una vaca sana a una botella de cristal, y menos aún en la industria. Este producto contiene  químicos, hormonas, pesticidas, antibióticos, pus y sangre de la vaca. Además, las hormonas -los estrógenos- facilitan enfermedades relacionadas con pechos y útero.
La leche se vuelve ácida en el cuerpo humano debido al calor del organismo y al largo tiempo debido a la dificultad de su digestión. La no pasteurizada es muy peligrosa, ya que fomenta las bacterias y la que lo está a altas temperaturas pierde casi por completo todos sus nutrientes y la grasa animal se satura, lo que la hace dañina y perjudicial para la salud.

Las vacas son seres muy carismáticos y divertidos, cada uno tiene su personalidad y suelen ser muy cariñosos. En esta industria, tristemente, todo esto se obvia puesto que las vacas son tratadas como objetos, seres sin vida que desde el momento de nacer hasta su muerte son explotadas.

Para la obtención de leche u otros productos lácteos, las vacas lecheras son seleccionadas genéticamente. En ocasiones no las cría le granjere que más tarde las explotará, sino otres granjeres que más adelante las venderán en diferentes mercados, subastas o ferias de ganado, donde serán intercambiadas por dinero, tal como si fueran muebles. En estas ocasiones las vacas son separadas de sus familias, lo que les causa mucho sufrimiento y estrés al ser animales tan curiosos y sociables capaces de establecer relaciones complejas entre ellas.

Una vez en la granja estas vacas son inseminadas artificialmente -lo que podríamos llamar de la misma manera una violación debido al proceso de forzamiento- puesto que la vaca, igual que cualquier mamífero, sólo produce leche tras dar a luz a su cría. Al poco tiempo de nacer su bebé, lo separan de su madre y la vaca es ordeñada varias veces al día. Hay que darle importancia al hecho del dolor que sufren ambos animales al ser separados puesto que pasan por el mismo trauma que pasaría una persona humana al ser separada de su bebé. Las vacas pueden pasar días llorando por la pérdida de su cría, mienttras que los bebés son destinados a la producción de carne de ternero (cuando aún es pequeño) o de producción lechera. Estos terneros suelen encerrarse en pequeñas casetas para que, al no tener movimiento, no ejerciten sus músculos y la carne sea blanda
Pasado un tiempo tras haber dado a luz, las vacas dejan de producir leche y la historia se repite con otro ciclo de inseminación, separación del ternero y la madre y ordeño masivo. Tras cuatro años de explotación su vida termina generalmente en un matadero.

Consumiendo estos productos se perpetúa el antiespecismo y el maltrato animal puesto que, aunque las vacas lecheras no sean asesinadas, las explotan hasta la muerte de éstas por agotamiento o en el matadero y sus crías son enviadas a este lugar por igual.

Podéis encontrar más información en granjasdesesclavos.
 
Por suerte para vacas y terneros, existen los santuarios de animales. Lugares como El Hogar ProVegan o Gaia tienen vacas rescatadas de esa industria y a sus terneritos, para darles una vida merecidamente libre, sana y feliz. Estos ejemplos ayudan a  las personas humanas a tener contacto directo con ellas, conocerlas, saber cómo viven, como saltan y juegan. 
En España tenemos bastantes santuarios:en Valencia encontramos Compasión Animal, León Vegano  en León, Mino Valley y Vacaloura en Galicia, Espíritu Libre en Albacete, El Valle Encantado y Wings of Heart en Madrid, Gaia y el Hogar ProVegan en Catalunya y La Pepa en proceso de mudanza. 

Ruby y Clara, habitantes del Hogar ProVegan.

Existe un documental sobre el proceso de desestabilización ecológica debido al consumo de productos lácteos y en general, de origen animal, llamado Forks Over Knives.

¡Y hasta aquí el post de hoy sobre bebidas vegetales! En otra ocasión os hablaré de quesos veganos. Recordad que también existen alternativas a los lácteos como los yogures de soja, la nata vegetal y la gran cantidad de quesos veganos que podéis encontrar en mercados ecológicos o veganos como el online Planeta Vegano.

¡Espero que os haya servido mucho este post! Muchos abracitos y hasta el próximo post. ¡Y no olvidéis que podéis seguirnos en Facebook, dónde actualizamos casi diariamente sobre contenidos de veganismo, transfeminismo, lgbtiq+, alternativas veganas y naturales a salud y cosmética y más!

A.



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